domingo, 1 de mayo de 2011

Un Cajón.

Algo que de verdad quiero hacer es atar una cama a los arboles, dormirme entre el olor a humedad y el sonido de los animales nocturnos, sentirme expuesto pero cómodo, cualquier rafaga de viento me pueda acariciar, si es que llueve mojarme y si sale el sol sentir el calor, pero no mas de estas cuatro paredes.

Quiero atar una cama a palmeras rodeando un oasis, que la tormenta de arena me consuma y el frío me haga temblar, durante el dia me arrope el sol y la sed aparezca cuando note el espejismo, al fin y al cabo esto es lo que sucede, estoy intentando vivir espejismos rogando por que existan, cerrando los ojos imaginando algo que no sucederá, no mas de estas cuatro paredes, que una cama aprenda a volar y dormir entre nubes y aves, y al amanecer estar mas cerca del sol que nunca, si llueve ver donde nacen las luces del cielo, quiero atar boyas a mi cama, lanzarme al oceano y dormirme no solo con el sonido del oleaje sino sentirlo y moverme acorde a su voluntad, no saber cuanto duerme o se mueve debajo de mi, pero que mas da si sigo rodeado y sigo pensando, no mas de estas cuatro paredes.

Y esto es dormirme, resulta cansado despertarme observando el mismo techo, que si bien ya no lo detesto tanto dado el recuerdo de estrellas y un mundo que me recibe cada mañana, pero cabe preguntarse lo que sucedería si no tuviese queja alguna de el, seria su no existencia y poder abrir los ojos al cielo, nubes o no, que importa, mi techo seria el cielo, pero no, no suecede, al fin y al cabo me guardo en este cajón llamado cuarto, lo último de naturaleza es un árbol muerto reducido a puertas y una ventana que parece un cuadro con mi sueño pintado... a mas de este cajón se cierran mis ojos y algo de lo quiero tengo, un sueño de lo que quisiera, que bienvenida la inconsciencia se acaba por lo que supuestamente quiero o recuerdo a imposicion de ella y de vuelta a dormir, pero no mas de estas cuatro paredes.